lunes, 20 de abril de 2020

Ductus arterioso : historia, embriología e histología.

El canal arterial o ductus arterioso es conocido desde la época de Galeno, que describió en ante la incapacidad de los pulmones fetales de trabajar como pulmones adultos, la naturaleza había “unido la arteria pulmonar con la aorta, así como las aurículas derecha e izquierda”. Durante el renacimiento, varios anatomistas, entre los que se encuentra Leonardo Botallo (siglo XVI) redescubrirán el ductus arterioso. Sin embargo, su rol continuará siendo un misterio hasta el siglo XX.

Fue el cirujano John Cummings Munro (1856-1910) quien propondrá por primera vez el cierre quirúrgico, con la oposición por parte de los pediatras. El debate continuará durante toda la primera mitad del siglo XX. La primera cirugía de cierre de ductus arterioso será en 1938 por Robert Gross, que ligó el ductus arterioso persistente de una niña de 7 años, Lorraine Sweeny, con síntomas de insuficiencia cardíaca.

Dibujo del corazón y del ductus arterioso por Botallo a la izquierda. A la derecha Robert Gross de joven y mas tarde con Lorraine Sweeny ya adulta.

El sistema vascular embriológico se forma a partir de los precursores endoteliales del mesodermo esplácnico, a partir de la tercera semana de desarrollo fetal. Los vasos onfalo-mesentéricos nacen de la vesícula vitelina para dirigirse al tubo cardíaco desde el extremo venoso, mientras que la vertiente arterial se conecta a la aorta dorsal por las arterias faríngeas que se distribuyen simétricamente a ambos lados del embrión.


Orígenes embriológicos

El desarrollo arterial comienza con el reclutamiento de células que van a diferenciarse en células de músculo liso. El modelado de los arcos aórticos se ve influenciado por las células de la cresta neural, las células de musculo liso y el sistema neural.

Al principio de la cuarta semana del desarrollo embrionario, el arco aórtico se desarrolla a partir de seis pares de arcos vasculares simétricos, entorno a la aorta dorsal. Durante las semanas siguientes la reestructuración y reordenación de estos vasos dan origen a la formación del arco aórtico izquierdo.

Estos arcos aórticos se numeran desde la extremidad cefálica del embrión (I a VI), se conectan en ambos lados a su aorta ventral y dorsal respectivas. Ulteriormente las aortas dorsales se fusionarán para dar lugar a una sola aorta descendente. Estos arcos aórticos no están presentes de forma simultánea durante el desarrollo embrionario y se ven sometidos a continuas modificaciones de regresión, cambio de posición y de tamaño.

El ductus arterioso nace derivado de la distalidad del sexto arco del lado izquierdo, que desarrollará una pared vascular muscular, mientras que las arterias que lo rodean se convertirán en arterias elásticas. La parte proximal de los sextos arcos darán lugar a ambas arterias pulmonares. La transformación se completa para la octava semana de embriogénesis.


Histología del Ductus Arterioso


A nivel histológico la capa externa presenta vasa-vasorum que aportan oxígeno y nutrientes a la adventicia. La capa interna es avascular, puesto que la intima y la media se nutren por difusión a partir de la sangre que circula en el interior del ductus arterioso. La íntima del ductus arterioso es espesa e irregular, con depósitos de material mucoide. La íntima y la media están separadas por una membrana limitante elástica interna bien desarrollada.

Si bien la media de la aorta y de la arteria pulmonar se componen de capas circunferenciales de fibras elásticas, la media del ductus arterioso está compuesta por fibras de musculo liso organizadas en capas longitudinales y espirales, dentro de una matriz de tejido elástico menos abundante y organizado de forma concéntrica.

Maduración del Ductus Arterioso

Durante el último trimestre del embarazo ocurren cambios importantes de cara a preparar el ductus para su cierre postnatal. A partir del segundo trimestre se desarrollan cojinetes intimales que proliferan en detrimento de la lámina elástica interna, que venía marcando la separación entre íntima y media. La región subendotelial se ve invadida por células derivadas de la media y la lámina elástica interna es fragmentada en las zonas de proliferación intimal.


En los canales arteriales persistentes los cambios que favorecen el cierre espontáneo del ductus arterioso no suceden, con un endotelio que queda anclado a la lámina elástica interna, sin que esta sea fragmentada. Como consecuencia de una intima y media anormales, no existe migración de células musculares lisas, ni invaginación endotelial en los ductus arteriosos persistentes.

En este punto merece la pena establecer una diferencia con el ductus arterioso del prematuro, cuya persistencia está favorecida más bien por una inmadurez de los tejidos, sin correlación estricta con la edad gestacional o el peso al nacimiento. Esto explica, al menos parcialmente, la reactividad del ductus arterioso del prematuro a los inhibidores de la síntesis de prostaglandinas.


En la configuración típica de arco aórtico izquierdo el ductus arterioso se implanta distal al nacimiento de la arteria subclavia izquierda en la cara interna del arco aórtico, en su extremidad pulmonar la implantación se hace a la altura de la unión entre el tronco de la arteria pulmonar y la arteria pulmonar izquierda en su cara superior. Las variantes anatómicas son más marcadas en presencia de un arco aórtico derecho. En los raros casos de doble ductus arterioso, este se asocia a la presencia de cardiopatías congénitas complejas.

Aitor GUITARTE VIDAURRE

Author & Editor

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